Estaba indeciso, no sabía si tirarme a dormir o mirar la TV. La noche se prestaba únicamente para estar solo. La lluvia afuera, la humedad dentro. La habitación roja como el infierno, el ruido a estática de radio muerta y afuera la posibilidad de seguir las calles hasta el invierno. La gente me aburre inmensamente, creo que se nota en mi cara de desgracia cada vez que me hablan. Pero aprendí a camuflarme un poco. Cada día aprendo a hacerlo, hasta que ya no lo consigo, y entonces me guardo.
1 comentario:
te imaginé dentro de la botella
me gustan mucho tus dibujos oscuros, son dignas ilustraciones de cuentos del mismísimo averno ;)
un beso y arriba el ánimo
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