Si tirás todo a la mierda queda lo que verdaderamente querés decir, que no tiene por qué ser dicho a alguien en particular, un mensaje que significa algo quizás para vos, o quizás ni siquiera, porque a veces no entendemos lo que queremos comunicar.
Levantate, dale, no seas remolón. Son las 6 y tenés que ir a trabajar. Dale, arriba, te tenés que afeitar y tenés que desayunar y te tenés que poner el traje y la corbata. Levantate, dale, a la cuenta de 3: 1, 2, 3. Muy bien!